Una de las dudas más frecuentes entre las personas que no están familiarizadas con este rubro es si existe la posibilidad de soldar materiales oxidados.
En Power Rent tenemos la respuesta para ello y te la dejamos en este blog que no te puedes perder.
Soldar materiales oxidados: ¿hay posibilidad?
Querer reparar algo antes de desecharlo es un instinto natural de los seres humanos, especialmente si existe un apego emocional por parte del usuario hacia el artefacto. Muchas veces nuestro servicio de renta de soldadoras se llena de personas que tienen ese objetivo.
Pero, antes de iniciar a soldar, es importante considerar el estado del objeto.
Preguntarse si soldar materiales oxidados es algo apropiado y común, en especial si se trata de una reja o escalera. Lejos del costo que tendría reemplazarlos, también entran factores de seguridad.
Si bien es posible en ciertos casos, soldar materiales oxidados es complejo.
Consideraciones para conseguir este tipo de soldadura
En un principio se tiene que retirar toda la superficie oxidada para después trabajar sobre el material restante. Es decir, tienes que limpiarlos muy bien para preparar el camino a una soldadura eficiente, y esa limpieza se da según la gravedad de la oxidación.
Por ende, esta es una práctica que depende directamente de las condiciones del óxido y de la capacidad que tenga el soldador para retirarlo sin comprometer la estructura del objeto. Sumado a las condiciones de óxido del material a soldar, se deben considerar otros factores que podrían entrar en malas prácticas. Cada uno de ellos debe evitarse para conseguir la soldadura perfecta.
Otras prácticas inadecuadas al momento de soldar
Es muy probable que sepas que en la soldadura profesional se tienen que cuidar varios detalles en el proceso de trabajo para conseguir resistencia en las uniones creadas. Asimismo, también es una posibilidad que estés enterado de que las siguientes prácticas tienen que evitarse a toda costa al soldar materiales oxidados, una vez que se ha determinado si son viables o no para su reparación:
1. Romper el electrodo, doblándolo o afectando su integridad
Cuando rompes el electrodo o lo doblas para llegar a rincones incómodos de alcanzar, dañas el revestimiento de la pieza. Esto es algo que afecta gravemente la integridad de la soldadura, dejándola vulnerable ante la corrosión y el rompimiento por impactos directos.
2. Encender el arco fuera de la zona que se soldara
Si das un golpe de arco fuera de esta zona puedes dañar el metal preexistente de la pieza que soldarás. Puesto que con el tiempo se corre el riesgo de causar grietas en el material que se funde entre la soldadura nueva y el metal base, lo que pone en riesgo la estructura final.
3. Olvidarte de retirar la escoria
La escoria no es algo que se considere exactamente perjudicial, ya que sirve para proteger el depósito mientras este solidifica.
No obstante una vez que has terminado cada tramo de la soldadura tienes que retirarla, debido a que si se queda dentro del depósito generaría problemas de concentración de esfuerzos en la estructura metalúrgica, aumentando el riesgo de fracturas.
4. No limpiar previamente la superficie
Eliminar los restos de pintura vieja y el óxido lijándolos es esencial, ya que no habrá una buena adherencia de la soldadura si la superficie no está completamente limpia. De manera que tienes que cerciorarte de limpiar muy bien el área antes de apresurarte a salir de ello con urgencia soldando con condiciones inadecuadas.
5. Usar un rango de corriente inadecuado
Si eliges más corriente de la recomendada el electrodo se consume mucho más rápido y con ello el revestimiento se quema, generando un exceso de salpicaduras. Lo cual termina afectando estéticamente la pieza reparada.
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